viernes, 11 de enero de 2019

(∂ + m) ψ = 0 Amor


Existe una ecuación Física, que trata de descifrar
cómo evoluciona el tiempo, en un cuántico sistema
y se entrelaza y se incide, un proceso singular.
Componentes que conectan, la masa del electrón,
de la luz, velocidad, operador de momento,
la constante del Planck,
coordenadas del espacio y el enigmático cronos,
las funciones de onda,
las raras antipartículas, el inquieto positrón.
Interacción de sistemas, dos en un tiempo y espacio
y la cruel separación.
Explica que en la distancia, poca, enorme o años luz,
aquello que ocurre a uno, afecta al otro sin más,
así lo dicta la ciencia, tratando de discernir,
eso que mueve la nada y al todo que une universos,
eso que hay entre tú y yo, desde que te conocí...
Unidos por un momento, un milagro,
instante bello,
un vínculo no terreno, gestado en otro confín,
un suceso no explicado, que nos ha mimetizando,
en un segundo de luz.
Sean distantes o cercanos, este dulce amor sin fin,
nos mantiene conectados, fluyentes, vibrantes cuánticos,
entre ecuaciones, latidos, en números no entendidos,
reafirmando lo que somos, tú de mí, yo de ti.

© (∂ + m) ψ = 0 Amor | Erika Cristina Rodríguez Padrón | Multiversos | México 2018

Interrogante

Entre los ecos del tiempo, 
pulula vieja cuestión,
aquella que sin respuesta, 
reverbera en las paredes
de las aulas ya vacías...
¿Quién soy?, el hombre pregunta,
soy cadena helicoidal, 
ouroboros de ADN,
o un ser autoconducente, 
autoperceptivo y loco,
¿soy mi origen?
Lo que sueño, 
lo que hice, lo que haré,
lo que temo, lo que vivo.
O soy mi nación, mi raza, 
el plasma de mis ancestros,
soy la vida en movimiento, 
creador de humanos futuros,
o soy vibrante energía, 
una bella antimateria.
¿Acaso lo que perdí?, 
o soy mi propio universo,
el trozo de historia, histeria,
soy lágrima y carcajada,
un gran saco de emociones,
un conjunto de átomos,
y millones de años de evoluciones.
Soy pregunta sin respuesta,
un espermatozoide listo, 
un óvulo singular.
Tal vez una combinación genética,
experimento plantado 
en esta Tierra, sin más.
Soy mi propio latir, 
la primera célula viva,
la percepción más pura 
o tal vez la más oscura,
o el raciocinio violeta 
de una glándula pineal.
Soy cerebro ilimitado, 
conocimiento remoto,
o soy un áureo dorado,
extraterrestre perdido, 
construyendo un nuevo hogar.
¿Soy matemática pura 
o compleja geometría?,
quizá el número binario 
de un ordenador virtual.
Soy aura luminiscente, 
energía con voluntad,
o la expresión de ese Todo, 
el resquicio de la nada,
o la idea de un ser divino.
Soy un complejo infinito, 
un virus, una bacteria,
o es que solo soy materia 
o vetusta nebulosa,
errante polvo de estrellas, 
esparcidas en el cosmos,
con una causalidad.
Soy una expresión orgánica 
compleja e indefectible,
o petricor de la lluvia, 
mojando los campos secos.
Soy un pedazo de tiempo 
que ha extraviado en su reloj,
trozos de vida y de muerte, 
quizá los cuatro elementos,
caos y orden, mutación.
Soy ira, odio, venganza 
o fuerza, coraje, orgullo,
un hombre ya transmutado,
un aprendiz de esta vida,
o soy humildad y Amor.
Soy una eterna promesa,
o simplemente soy yo,
en el bucle de una duda,
que jamás tuvo respuesta.

© Interrogante | Erika Cristina Rodríguez Padrón | Multiversos | México 2018







Orgullo

Quienes te desdeñan por tu tez morena, 
huaraches de cuero, la blusa bordada, 
rebozo, ancha falda, camisa de manta 
y simple sombrero.
Quienes de reojo critican tus trenzas,
o hasta ese lenguaje que no comprendieron:
Tzeltal, Totonaca, Tzotzil o Mixteco,
Zapoteco, Chol, Náhuatl, Otomí, 
Maya o Mazateco.
Así te prejuzgan sin tener idea
de la comunión del sagrado ancestro,
ni saben leer 
un cielo estrellado de cosmogonía.
Quien te llamó Indio debió tropezar,
con tu franca risa, pura y singular, 
¡indígena! gritan, a modo de insulto,
porque simplemente, no saben pensar.
Ya quisieran miles 
tener pies ligeros como el Tarahumara,
o hablar con la luna 
que cuida los campos y dicta tus siembras,
comprender el Sol, 
cuarzos, Equinoccios, o viejos Solsticios,
o reconocer en otro el saber: la gran energía.
Al final tu falda, bordada nos muestra
los valles pintados de multicolores,
India campesina, 
levanta la frente y camina digna,
viste tu pasado y arranca mil versos, 
pues eres poesía.
Siéntete orgullosa 
de las bellas flores sobre tu cabeza,
y airosa presume tu hermoso rebozo
que deja tus hombros al beso del viento.
Luce tus bordados 
con hilos de seda sobre el quechquémel,
y tú buen paisano, sábete encumbrado 
en el colorido del dulce sarape 
y el alegre poncho,
pues un mexicano, lo es para el mundo, 
en traje de Charro, de plata oropel.
Llevas en la voz cantos de las sierras 
Mezquital, Tepehua y aquella Huasteca.
Y ese que critica neófito y cobarde, 
desconoce en ti valores tan nobles
como el Nahui Ollin o el Xinicuilli. 
Purépecha muestra 
el candor que encierra el buen zagalejo,
Coras y Huicholes 
presuman al mundo tejedoras manos, 
con dedos de artistas y única destreza.
Y tú Oaxaqueña muéstranos el Sol 
junto a las estrellas de tu posahuanco.
Oh China Poblana, 
reluce tu cuello lleno de abalorios 
y el negro vestido florido de encanto.
Mujer de los Mayas, 
como la llorona, luce tu huipil,
recoge el fustán 
y deja admirar tus pies de marfil,
presume Jarocho 
esa guayabera blanco pavorreal y baila la Bamba,
que mueran de envidia del traje de gala
que luce una Choca hablando Chontal.
Y cuando el idiota que te llamo así, 
mire tu grandeza,
di con pecho henchido, 
¡soy Nahua, Huichol, Yaqui, Tlaponeco, 
Mexica, Purépecha!
¡Indio a mucha honra!
Porque eres emblema 
de una gran nación de cabeza Olmeca,
porque eres el aire 
donde transitó el regio Quetzal, 
porque este país, de serpiente Azteca, 
le debe a tu raza...nuestra libertad.

© Orgullo | Erika Cristina Rodríguez Padrón | Multiversos | México 2018


Vídeo-Poema #Orgullo


lunes, 29 de enero de 2018

Viaje

Arena, polvo del tiempo
canta tu nombre en los segundos
y sacude mi camisa de fuerza,
con tenue rumor a ternura y lascivia.
Cuento las sonrisas perdidas en tus  comisuras,
entre tus blancos dientes hambrientos de amor
y la molesta arena agreste,
merma poco a poco la coraza
del sarcófago que nos sostiene.
La rosa no deja de expeler su aroma
el olor de los gritos que nos hieren,
diametralmente opuesta la felicidad.
Tu voz carcomía los miedos y el silencio
bajo nuestro altar, el río de mercurio, quieto
y tu, y yo, como uno mismo
con las monedas en las cuencas.
La niebla confunde a Caronte,
y los cánticos son llantos a lo lejos
Bruma fría nos espera.
Y lo importante, dejó de ser,
sobre un amor de plata amorfa,
con nosotros dentro, por siempre.

© Viaje | Erika Cristina Rodríguez Padrón | México 2018


Templos

Templos

No pises más esta Tierra, dijiste con voz febril,
aquí tienes mis manos, mi pecho de par en par,
vísteme con tu impaciencia, desvestida para mí,
camina sobre mi cuerpo, sin apartar tu mirar...
Así convertiste en templos, estas plantas que te andan,
con dedos ruborizados, te deambulan sin cesar,
recorren milagro vivo: tu cuerpo que es mi verdad.
Paso a paso te desarman, suaves alas sobre ti,
sin estúpidos dominios, pies descalzos te caminan,
trémulos, delicados, estremecidos en besos,
de tu boca azul añil.
Inundados de ternura, viscosos de amor inmenso,
revestidos de pureza, endulzados en tus labios,
vestidos con indecencia, las palabras censuradas,
de un aliento enamorado, tu éxtasis, que es la paz,
abrigando mi latir.

Templos © Erika Cristina Rodríguez Padrón | México 2018

Poema Simple

Para ti, mi tiempo y este poema simple,
es lo mejor que puedo ofrecerte
de todo lo que poseo
y las diminutas gotas de agua,
reflectando el arcoíris,
para provocar tu sonrisa.
Para dar gracias por tu presencia,
y decirte que eres tú,
el único motivo que mueve mi Universo.
Esos destellos luminiscentes
frente a los rayos del Sol, alrededor de tu pelo,
me recuerdan que eres el ángel que me eligió,
lo sé, porque luego de una cansada jornada, 
tu mirada me sosiega y tu voz.
Estos versos que no riman,
son el intento de agradecer,
que seas el norte de mi loca brújula,
por tu mano firme cuando he caído,
tus lágrimas de felicidad y tus besos sin fin.
Este poema simple es para ti,
que me has mostrado como alcanzar los sueños,
a conquistar los miedos,
porque hoy eres hoja, piedra, semilla,
mañana eres trueno, relámpago y volcán,
eres una maravilla.
Y me escondes en tu pecho, con total fragilidad,
abrigando mi alma a la par de mi cuerpo,
para resguardarme del mundo
y te vuelves mi hogar.
Si no estuvieras aquí, 
serías todo lo que me hiciera falta,
mi persona preferida,
gracias por ser y estar.
Mi esencia, mi gran amor, 
mi amor más grande,
mi ángel celestial.

Poema Simple © Erika Cristina Rodríguez Padrón | México 2017
Video-Poema

jueves, 13 de julio de 2017

Mariposa

De vida plena cual luz serena,
andar garboso, ningún temor,
brillo que emana tenue y radiante,
resplandeciente, que opaca al sol.

Mujer serena de voz melosa,
cual alborada, tierno crisol,
ojos profundos, mirar airoso,
manos que sanan y dan amor.

Bella melosa, eterna brisa,
canto discreto del corazón,
cual mar furioso te entregas toda,
sin condiciones loca de amor.

Alma de brisa, pura, perfecta,
jamás te rindes ante el temor,
nunca demuestras tras la bravura,
tras la belleza…, tanto dolor.

Perfecta, fuerte, ímpetu osado,
lucha tu arrojo ante su faz…
Altiva, grácil, jamás abyecta,
llena de orgullo ¡tú vencerás!

Osado tiempo, que a veces lloras,
lamentas tanto, gritas sin más,
maldices, caes, te desesperas…
Pero en silencio… cual ave en paz.

Lloras, insultas, flaqueas o sigues,
la muerte impía quiere triunfar.
¿Por qué a mí? ¡Clamas! Y no hay respuesta.
Silencio mudo… que no se va.

¿Seguir, morir? ¿Quieres marcharte?
¡Sigues valiente sin tropezar!
Al mismo tiempo partir no quieres,
¡Vamos guerrera… Mujer tenaz!

Marcha orgullosa, lucha, resiste,
eres ejemplo de tempestad.
Rompe quimeras en esta vida,
demuestra a todos, que eres verdad.

Resiste airosa, da tu sonrisa,
decae, levanta y mira atrás,
te admiran tantos, pues te respetan,
y a quienes tienes mucho que dar.

Sonríe amorosa, si has de dejarnos
¡porque eres grande, cual ancho mar!
Si no en la vida, será en lo eterno:
sé Mariposa, transforma… da.

Deja poesía, palabras, canto,
mil torrenciales de tu verdad…
Que cuando ocurra, los que te amaron,
tengan recuerdos para soñar.

Canta si triunfas: ¡sé más dichosa!
Valora el todo, vuelve a soñar,
aprecia flores, regala besos,
no pierdas tiempo, sé más leal.

Tu dicha esparce, abraza, juega,
ríe y transmite amor vital,
enseña, aprende, trasciende, vuela,
no pierdas tiempo… ¡Sé un huracán!

Destino o juego… el final llega,
alcanza a todos, un día sin más.
Sé un alma digna, cuando suceda…
¡que en las estrellas… tu nombre irá!

Con mi más profunda admiración y respeto
para todos los seres que han luchado o se enfrentan
con enfermedades difíciles, como el cáncer.

Mariposa © 2016 | Autoría: Erika Cristina Rodríguez Padrón
Video-Poema


viernes, 7 de julio de 2017

Malinche

¿Y cómo no suspirar?
Si toda ella, era bella.
Manos olor de cacao
y firme paso al andar.

De un andar tan cadencioso
que ensalza el cuerpo escondido,
reflejándole el rebozo,
la piel canela de mar.
Morena sabor a sal,
de la tierra del Olmeca,
de voz de dulce cenzontle
y sonrisa de coral.
Todo hombre le anhelaba
y le donaría un jacal,
mas ni Olmeca, ni Mexica,
ni Maya en Chichen Itzá,
porque los astros dictaban
otro futuro estelar.
Y en su amor llevó la pena,
que le impuso el despertar,
señalada y criticada,
desterrada de su tierra
por ver un hombre y no el Dios
del linaje de la estrella.
Pero el alma puede ver
más allá de las ideas,
y el corazón entregó
al Dios de lejanas tierras.
Al de espada fulgurante,
al de barba y grandes cejas,
al del pecho revestido
con piel dura como piedra.
El macho del mar traído,
el que hablaba en otra lengua,
que el amor no entiende idiomas,
ni confines, ni leyendas,
que la piel trémula canta,
al calor de manos tiernas.
Ni traidora, ni Malinche,
ni siquiera cuatro letras,
simplemente una mujer,
enamorada y eterna.

© Malinche 2016 | Autoría y Voz: Erika Cristina Rodríguez Padrón
Video-Poema



jueves, 6 de julio de 2017

Abrstracción

Vengo husmeando en el sentido 
de lo que ya se ha perdido 
que dejé ayer para luego.


Donde nada es lo absoluto
y tú eres el abstracto
de mi todo, que es contigo.

Voy abriendo luz desnuda
olvidando la cordura
en lo dulce de tu cuerpo.

Y tu luz me das silente
y me encontraras despierta
en la sombra de tu olvido.

Y despertaré llorando
con el corazón amando,
eres tú… solo el motivo. 



© Abstracción 2016 | Erika Cristina Rodríguez Padrón | México

Espejito, espejito

Espejo mío, tengo un par de cosas que decirte.
¿Sabes que gracias a ti, muchas veces me siento gorda y fea?,
la verdad es que antes, casi siempre.
También que los años no pasan en mi, permanecen.
Y que en ocasiones detesté tu reflejo,
a veces cano, otras fofo, incierto.
Entonces te permití tontamente deprimirme,
tú, que tan solo eres un mísero trozo de cristal
y de dudosa calidad, por cierto.
Y esas veces pensé que si siguiera
a pie juntillas,
los amables consejos de los demás,
estaría más anoréxica
que una estilizada muñeca que sigue estando en boga.
¿Y qué poder obras en mí, para dejar de ser yo?
Respóndeme, reflejo.
Pues entérate de algo que no sabes y jamás conocerás.
Es odiosa la sensación de aguantarse las ganas,
cuando por la calle vas de prisa,
con tus zapatos altos, toda delicada,
rogando mantener el equilibrio
y rezando no tropezar en el intento de andar,
con un vestido apretado donde los cánones dicen, que es permitido.
Y de pronto, ¡ahí está!
Ese maldito delicioso aroma:
cebolla, cilantro, tripa dorada,
carne asada, salsa, limón... ¡Tacos!
Y una, con un hambre descomunal.
Dos de la tarde, gente transitando, aglomerada,
una ampolla en los pies, por las desgraciadas prisas
y tus encantos de mujer, olvidados en un segundo,
dorándose en ese aceite, junto a las tortillas.
Reflejo, tú no lo sabes porque eres muy simple,
pero he de confesarte, ese momento te hace temblar, es decisivo,
¿te estropeas el maquillaje y las uñas, o te quedas solamente,
con un trago de agua fresca? y,
¿tu glamour o tu antojo?
No. Mucho menos tienes remota idea del placer que significa,
ese mordisco.
Sí, mi alma abraza el aroma y el sabor exquisito.
Me revienta que por una estúpida idea,
sembrada por la moda, la tele y cabezas huecas,
me pierda de tal presea.
¿Sabes espejo?
Al carajo tu opinión y la idea de belleza externa,
cada vez más chueca.
He aprendido a amarme tal cual soy,
con estrías, con llantitas,
con canas y alguna arruga feliz
y con mis anchas caderas.
¿Por qué debo temer,
si un buen paso firme y mente decidida,
me hace única sobre la tierra?
Así que te informo, estarás de vacaciones hasta que yo quiera.
Me quedo con los versos, escrito con sutil delicadeza,
por los dedos del hombre que es mi luz y fortaleza,
quien escribe sobre mi piel de naranja,
mandarina, coco y fresa...
Que me mima y enamora, que me observa,
que no toma en cuenta mi peso,
ni mis peleas contigo,
porque ese hombre, ama mi esencia.
Porque ha plantado un jardín de flores con sus besos,
girasoles y gardenias y las orquídeas más bellas,
justo ahí,
donde yo sentía vergüenza...
Y de mí, sin un gramo de menos,
ha redactado lo que soy, su más hermoso poema.

© Erika Cristina Rodríguez Padrón | México 2017

martes, 20 de junio de 2017

Inmortal

¿Qué se supone que hay en la nada de la ausencia?
La congoja crece a instantes, cielo gris que escupe pena
y te busco sin tenerte,
¿cómo demonios subsisto?,
mi cintura necesita tus brazos en derredor
y sigo aquí sin hallarte.
Estas manos están llenas, de tu tacto y de tu esencia,
de ternuras y caricias, de temores y dolor.
Esta mente que rebusca los recuerdos de las risas,
gritos, llantos de cosquillas,
rememora las palabras taciturnas de tu voz.
Pareciera que esa ráfaga,
te transporta de ese plano,
trae aroma de tu aliento, dulce eco enamorado,
el olor de tu cabello, de tu pecho y tu candor.
Te me has ido de las manos, me has dejado de repente,
sin lágrimas en los ojos, sin un gesto de hasta pronto,
sin un beso entre la frente.
Casi te odio por dejarme,
a la deriva y al viento,
sin mí, para sostenerte.
Necesito que te enteres que no ceso en preguntarme,
¿cómo sigo caminando, si era nuestro ese sendero?
Ahogo gritos en la almohada, ¡después de ti qué, amor mío!
mi ángel bello, mi morada...
Y la fuerza a que me aferro: el color de tu mirada,
mimetizo mi agonía, con vivencias, fantasías,
un día devoro tus besos, otro lloro tu partida,
otro, río enamorada.
Después de ti, agreste espera,
de noches gélidas, frías,
es casi como estar muerto, sin tu luz, mi compañía
y a veces puedo tocarte, en sueños interminables,
donde se detiene el tiempo.
Entonces puedo abrazarte, acurrucarme en tu pecho,
sosegándome en tu calma,
en tu paz, que tanto anhelo.
Hay días que son menos densos, tú vienes hasta mi lecho,
me susurras al oído y mientras duermo, me arropas:
"Cariño, no sufras más, te espero en el blanco Éter,
para vivir otras vidas,
porque este amor es eterno,
jamás me alejo de ti, nunca te suelto, mi vida..."



Inmortal © 2017 | Autoría: Erika Cristina Rodríguez Padrón | México

(∂ + m) ψ = 0 Amor

Existe una ecuación Física, que trata de descifrar cómo evoluciona el tiempo, en un cuántico sistema y se entrelaza y se incide, un proceso...